11/30/2008

La chinita y el sol


Como siempre, la chinita caminaba rapidito sorteando pequeñas piedras, montículos de tierra y pastos. ¡Qué difícil era pasar de largo frente a un pasto o el tallo de una flor o una ramita enterrada en la tierra! Siempre tenía la tentación de trepar hacia el sol. Por eso sus amigos se reían de ella. El chanchito de tierra, que amaba el olor a tierra y envolverse en ella, nunca entendió ese afán de la chinita de apuntar hacia el cielo. Menos la chicharra que vivía feliz cantando debajo de un trébol. Todos estaban tranquilos ahí, cerquita de la tierra, menos ella… la chinita. Cuando ese día venció cualquier tentación de trepar y llegó al cumpleaños del caracol, éste le preguntó: “Chinita, ¿por qué siempre caminas hacia el cielo?”. Ella, tan discreta como siempre, guardó silencio hasta que la cigarra los distrajo a todos con su canto. Su secreto era que estaba enamorada de sol.

9/15/2008

2/25/2008

2/19/2008

Cuba resiste


AHORA ES CUBA
(Pablo Neruda)

Y luego fue la sangre y la ceniza.


Después quedaron las palmeras solas.

Cuba, mi amor, te amarraron al potro,
te cortaron la cara,
te apartaron las piernas de oro pálido,
te rompieron el sexo de granada,
te atravesaron con cuchillos,
te dividieron, te quemaron.

Por los valles de la dulzura
bajaron los exterminadores,
y en los altos mogotes la cimera
de tus hijos se perdió en la niebla,
pero allí fueron alcanzados
uno a uno hasta morir,
despedazados en el tormento
sin su tierra tibia de flores
que huía bajo sus plantas.

Cuba, mi amor, qué escalofrío
te sacudió de espuma la espuma,
hasta que te hiciste pureza,
soledad, silencio, espesura,
y los huesitos de tus hijos
se disputaron los cangrejos.

2/14/2008

El caracol y la babosa


El caracol que encontró a una babosa le dice:
- Oye, ¡pero cómo?, ¿acaso no te da frío ni vergüenza andar así por la vida?

La babosa le responde:
- Yo disfruto el frío, el calor y la vida. Y créeme, caracol, que ando mucho más libre que tú por la vida.

La leyenda dice que el caracol a veces escapa y otras veces, algunas, deja su caparazón de lado. Al principio le cuesta, porque no es fácil vivir sin caparazón si tanto tiempo ha llevado uno en la espalda. Pero la babosa le enseña el camino.

Y al ex caracol... todo se le hace más fácil.

1/26/2008