Caminar.
A veces se quiere caminar indefinidamente. Leyendo (o pensando) poesías que interpelen, escuchando a los árboles, conversando con alguno que otro que se cruce en el camino.Y sólo eso. Caminar y caminar.Dejando atrás situaciones, ideas, pasados y sentimientos... sobre todo sentimientos.
Vomitar.
O la segunda opción es vomitar. Vomitar palabras, gestos, calaveras y diablitos. Una que otra lágrima, quizás, si salen mientras nadie mira.Y así quedar en los huesos. En los huesos de tanto vomitar.Es la única forma de volver a alimentarse. Y llenarse de nuevas palabras, nuevos gestos, nuevos sentimientos... y diablitos y calaveras.
Nunca se acaba.
Una vez que se termina...
es inevitable volver a empezar.
1 comentario:
hola preciosa
te quiero,
y cómo sabes cuando estás en el final de algo? si hay cosas que nunca mueren y Nietzsche te hablaría del eterno retorno y Kundera lo replicaría y le encontraría razón en algunas cosas y luego lo volvería a replicar en la "insoportable levedad del ser" ...
no sé, a mí de tanto caminar se me inflamó una rodilla y no es chiste, ando pal gato y ahora no puedo caminar tanto jajaja y vomitar, creo que ése ha sido mi problema, tanto vomitar cosas que quedaron rtenidas, y ese es el problema, que uno vomita lo malo, peor eso malo es algo que contuvo algún tiempo y no se digirió...
nos vemos pa pasarte tus libros
te quiero muchoo
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