11/30/2008

La chinita y el sol


Como siempre, la chinita caminaba rapidito sorteando pequeñas piedras, montículos de tierra y pastos. ¡Qué difícil era pasar de largo frente a un pasto o el tallo de una flor o una ramita enterrada en la tierra! Siempre tenía la tentación de trepar hacia el sol. Por eso sus amigos se reían de ella. El chanchito de tierra, que amaba el olor a tierra y envolverse en ella, nunca entendió ese afán de la chinita de apuntar hacia el cielo. Menos la chicharra que vivía feliz cantando debajo de un trébol. Todos estaban tranquilos ahí, cerquita de la tierra, menos ella… la chinita. Cuando ese día venció cualquier tentación de trepar y llegó al cumpleaños del caracol, éste le preguntó: “Chinita, ¿por qué siempre caminas hacia el cielo?”. Ella, tan discreta como siempre, guardó silencio hasta que la cigarra los distrajo a todos con su canto. Su secreto era que estaba enamorada de sol.