1/30/2007

Una victoria del canto popular

Los cantores urbanos podrán seguir cantando en las micros, gracias a su organización y su lucha.


Era impensable prohibirle cantar a estos artistas que nos recuerdan, a la vuelta del trabajo, del colegio y de la Universidad, a Víctor Jara, a la Violeta Parra, a nuestro folklore. Que nos devuelven algo de nuestra alicaída identidad cultural y de nuestra historia.


"El canto popular vive en nosotros…la única solución que pedimos es que nos permita seguir haciendo lo que desde siempre hemos hecho: cantar y entregarle arte y esperanzas al pueblo, a todo el pueblo, no sólo al que pueda pagar una entrada"
(De la carta del Sindicato de Cantores Urbanos de Chile a la Presidenta Bachelet)

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Texto de Víctor Jara sacado del antiguo blog del SICUCH

Soy un cantor popular...

Popular no de popularidad, sino porque pertenezco a la clase trabajadora.

Trabajador de la cultura, pero en fin, trabajador.

Como todos los que crean algo, como el hombre que abre un surco y siembra una semilla, el que maneja los hilos de un telar, el que construye un rodamiento en un horno, el que fragua el hierro, el que teje un chamal o un poncho.

Como todos los que contribuyen con su imaginación y su esfuerzo a que la patria sea mejor.

El artista tiene en sus manos la responsabilidad de su talento, pero también la responsabilidad de ser vehículo de información para la gran mayoría de los jóvenes y para el pueblo que estaban, o que todavía siguen, alienado o enojado por el colonialismo cultural. Hay que ayudarlo a comprender, a dignificarse y finalmente a liberarse

Como trabajador de la música pienso que el artista debe ser primero un revolucionario, y después, si lo que canta tiene profundidad, mucho mejor.

Pero es bueno aclarar que lo verdaderamente revolucionario está detrás de la guitarra, cuando el cantante no canta, cuando es una persona más; y revolucionario es aquel que lucha por la revolución.

Para mí luchar no significa pertenecer a un partido político, sino entender lo que es el hombre y su verdadera misión sobre la tierra, y el artista no es un ser que vive en la estratosfera, sino que su responsabilidad como creador y como recreador de la misión del hombre, lo obliga a estar metido en los problemas reales; comprenderlos, vivirlos y denunciarlos.

Denunciar todas las lacras que hacen al hombre indigno; denunciar que no está bien que los niños se mueran de hambre, que no está bien que un hombre dé su vida por un pedazo de tierra que no le pertenece.

Explicar que la injusticia debe terminar.

Si un músico, creador e intérprete, es un trabajador revolucionario, proyectará en su obra los impulsos que mueven a nuestros pueblos en las grandes transformaciones, sin paternalismo, sin elitismo, sino inmerso, fundido con su clase: la clase obrera y los campesinos.

Víctor Jara

1/25/2007

Diálogo ficticio entre el doctor y el paciente

Doctor...
- ¿Qué te pasa?
- Me siento de trapo. Siento que soy un muñeco de trapo, que estoy colgando de un hilito, desde mi cabeza. Y algo o alguien me tira los hombros para abajo y eso me duele. Me duele mucho. Y tengo miedo... porque el hilito se puede romper y me voy a caer y me voy a sacar la chucha contra el suelo.
- Mmmm. Nunca había escuchado algo así.

- Nunca me puedo comunicar bien con los médicos.

A veces no es malo sacarse la chucha. Asique no tenga miedo de sacársela.
Sáquesela y empiece de nuevo.
Los golpes crean resistencia, endurecen y enternecen.

Ambas cosas son necesarias para la guerra: los cayos y el corazón.

1/15/2007

no es casualidad, es causalidad

Un día estaba en la casa de ella, de su válvula de escape.

Hace dos días que un amigo le había dicho que ella le gustaba. Hace cuatro días, otro amigo le había dicho lo mismo. Pero ella estaba enamorada de la vida, quizás de otras situaciones, y no quería enamorarse de un hombre, menos de un hombre amigo. Quizás buscaba otras cosas, alguna libertad.

Y de repente se metió al computador de su amiga...

Y abrió su correo y había un mail de un desconocido. No era la primera vez que le ocurría esto. Hace un tiempo, un desconocido le había escrito de la nada; la quería conocer. (Para qué contar esa historia, si terminó siendo un desastre de malentendidos).

Pero este mail era de un francés. Un francés desconocido que escribía en castellano. Un francés que amaba, decía, la cultura latinoamericana. Que buscaba a Cortázar (igual que ella). Que había leído mucho de Chile y de Allende y de esos años lindos y luego oscuros. Y ella sonrió.

Muchas causalidades en pocos días.


Y luego vinieron otros encuentros y (re)encuentros y desencuentros.
Y el mundo daba vueltas como un espiral, quizás con algo de poesía y otro poco de guerrilla. Como todo en la vida.

La poesía nunca se va y la magia siempre la sorprende.

1/09/2007

Sonrisa entre pisoteos

Cuando sin saberlo eres lo más cáscara de naranja en el día de una persona.
Y ni te lo imaginas. Y tampoco te lo dicen.


Cuando el día fue de mierda en el trabajo.
Cuando el ambiente que genera el egoísmo y la explotación te satura.

Cuando, por más que trabajes y corras, no alcanzas a hacer todo lo que te piden en el tiempo que te pagan.

Pero a pesar de eso, terminas con una sonrisa porque apareció alguien o algo que te la sacó. Y te la sacó de adentro.

Eso es lindo.